¿Qué tipo de rendimientos se puede obtener al invertir en Bolsa?

Una de las preguntas que más frecuentemente me hacen es de qué clase de rendimientos estamos hablando cuando de inversiones bursátiles se trata.
 
Éste es sin duda un punto importante para todo inversor, ya que en toda inversión existe un elemento de riesgo.
 
Medir el riesgo de una operación y sopesarlo cuidadosamente con las posibles utilidades constituye el corazón mismo de toda estrategia de inversión.
 
Y como todo inversor sabe, a medida que aumentan las utilidades posibles, lo hacen también los riesgos.
 
Siempre será bueno disponer, en este análisis de Riesgo vs. Beneficio, de algún parámetro que permita decidir que tan importantes pueden ser éstos últimos y si vale la pena asumir los riesgos que es preciso asumir para conseguirlos.
 
Quisiera pues empezar estableciendo un parámetro como punto de partida en el ámbito de las inversiones: los Bonos del Tesoro de los EEUU.
 
Si bien es cierto que la teoría básica de las inversiones nos dicta que no existe inversión 100% segura, hay algo que está lo más cerca que puede estarse de la seguridad absoluta: comprar Bonos del Tesoro respaldados por el Gobierno de la nación más poderosa de la Tierra.

Pero… ¿qué rendimiento nos dan los Bonos del Tesoro de EEUU?
 
Aunque como todo título de inversión está sujeto a los vaivenes del mercado, históricamente los Bonos del Tesoro han reportado una utilidad promedio del 6% anual. Es importante destacar que estamos hablando aquí de Bonos a 10 años.
 
¿Para que nos sirve este parámetro?
 
Simplemente nos indica que existe una forma casi 100% segura de obtener un 6% anual de utilidad si estamos dispuestos a inmovilizar nuestro capital por un período de 10 años.
Tanto el capital como las utilidades están expresadas en dólares americanos.
 
Por lo tanto, cualquier inversión que involucre un elemento de riesgo más grande –es decir, superior al riesgo cero teórico- debería ser capaz de aportarnos un 10% anual o más.
 
Básicamente los rendimientos son mayores cuánto mayores son los riesgos debido a que el inversor debe ser compensado equitativamente por asumir estos riesgos.
 
Cualquiera de nosotros puede obtener de un 4% a un 6% de rendimiento anual sobre nuestro dinero de forma totalmente pasiva y prácticamente segura poniéndolo a plazo fijo en un buen Banco.

¿Por qué habríamos de arriesgar nuestro dinero por menos de un 10 o aún un 20% anual?
 
Sabemos que existen diferentes tipos de inversiones que pueden aportarnos este tipo de rendimientos.
 
Un buen ejemplo son las inversiones inmobiliarias.
La participación en un fideicomiso inmobiliario puede reportarnos utilidades en torno al 50% anual.
 
Y como todos sabemos, el mercado inmobiliario tiene fama de ser bastante seguro, aunque la liquidez no es su fuerte.
 
 
¿Qué rendimiento promedio debería esperar un inversor bursátil?
 
Sabemos que los mercados financieros no son tan estables y seguros como el mercado inmobiliario; los riesgos a asumir son pues mucho mayores.
 
¿Por qué alguien querría operar en Mercados de Alto Riesgo como se denomina comúnmente a los mercados financieros?

Hay una sola gran respuesta a esto; y un par de respuestas menores.
 
La gran respuesta es: Para conseguir Grandes Rendimientos.

Las dos respuestas menores son: Liquidez y Fiabilidad.
 
Dejemos de lado por ahora las respuestas menores; todo inversor sabrá darle el justo valor a operar en un mercado 100% fiable y regulado, y contar al mismo tiempo con la mayor liquidez posible: el poder de convertir su inversión en efectivo contante y sonante en un plazo no mayor de… ¡2 minutos!
 
Concentrémonos en la respuesta mayor: Grandes Rendimientos.
 
¿A qué llamamos aquí “grandes rendimientos”?
 
Veamoslo así: ¿Llamarías tú “alto rendimiento” a la posibilidad cierta de obtener en un mes lo que los Bonos del Tesoro de los EEUU pueden darte en un año –sin necesidad además de inmovilizar tu capital un año completo?
 
¡Claro que sí!
 
Pero… ¿Se puede hacer esto?
 
En realidad Sí. Al menos, en la Bolsa de Valores.
 
Si tomamos como ejemplo el mercado accionario en los EEUU, te diré que hay más de 7000 acciones cotizándose sólo entre los mercados NASDAQ y NYSE.
Centenares de estas acciones registran movimientos del 10% y aún más en el período de un mes.
 
No debería ser demasiado difícil obtener un 10% mensual invirtiendo en estas acciones.
 

El problema es, claro ésta, que no siempre podremos ganar en nuestras operaciones.

Cada vez que entramos al mercado, por excelente que sea nuestro método de inversión, asumimos un riesgo: esta operación puede salir mal.
 
Y de hecho, muchas de nuestras operaciones saldrán mal.
 
No obstante, si tenemos un buen método de inversión nuestros reultados globales serán positivos.
 

Pero voy a ser totalmente sincero contigo: como deberemos diversificar nuestro capital de inversión para reducir los riesgos a un nivel aceptable, y perderemos sin duda algunas de nuestras operaciones, el difícil que el promedio mensual de nuestras transacciones con acciones se acerque al 10% mensual.
 
¿Resulta pues una utopía alcanzar rendimientos en torno al 10% mensual en el Mercado de Valores?
 
En realidad NO.
 
Solo hace falta usar el titulo de inversión adecuado. Y las acciones no lo son. PUNTO.
 
Si en vez de invertir en acciones lo hacemos por medio de opciones sobre acciones obtendremos una ventaja importante: la capacidad de lograr rendimientos cercanos a los que obtendríamos con acciones, pero poniendo en juego alrededor del 10% del capital que necesitaríamos para adquirir estas acciones.
 
¿No te queda claro?
 
No te preocupes. La teoría necesaria para entender el comportamiento de las opciones es algo complicada, pero puedo resumirte los resultados así:
 
Operando con opciones puedes obtener retornos del 30% al 100% en cada operación ganadora.
 
Evidentemente también tendremos operaciones perdedoras con opciones, y aunque la volatilidad de estos títulos se traduce en pérdidas importantes en las posiciones perdedoras, los grandes rendimientos de las ganadoras –no es raro que lleguen al 100%- son suficientes para compensarlas holgadamente y brindarnos utilidades promedio mensuales de un 10% o más.
 
En realidad, no es raro que un inversor en opciones tenga meses con rendimientos del 20% sobre su capital de inversión.
 
¿Parece increíble?
 
¡Claro que lo es!
 
Y es por esa exclusiva razón por la que miles de inversores profesionales de todo el mundo están dispuestos a arriesgar sumas muchas veces millonarias en los mercados de valores más desarrollados del mundo.
 
Es por eso que todos los bancos invierten grandes capitales en el mercado bursátil.
 
Y es por eso que existen personas más que dispuestas a pagar U$S 10.000, U$S 20.000, y aún más por un Seminario de Capacitación que les permita prepararse para operar profesionalmente en los mercados bursátiles.

¿Te das cuenta de las posibilidades de este negocio?
 
Te confieso que cuando yo mismo me tropecé con él hace ya algunos años, no pude dormir por un par de días…
 
Me costó más de un año reunir el dinero para hacer el primero de los muchos cursos que he realizado desde entonces para capacitarme como trader profesional.
 
Y te soy sincero: NO ME ARREPIENTO de ello.
 
Si tienes espíritu de inversor, si crees que podrás soportar la idea de asumir riesgos, y quieres estar del lado de aquellos que se han preparado para hacer que su dinero trabaje duramente para ellos, es el momento de tomar una decisión: 

 
Te aseguro que lo que invertirás en tu capacitación no es nada comparado con lo que puedes obtener y, además, lo perderías en un abrir y cerrar de ojos si te lanzaras al mercado irresponsablemente como lo hace la mayoría.
 
En el mundo de los negocios son las decisiones que tomamos las que marcan la diferencia.
 
Como siempre, es tu decisión.

Derecho al dividendo

El beneficio que una empresa obtenga en un ejercicio deberá destinarse; en primer lugar, a compensar las pérdidas de años anteriores si las hubiere; después, deben pagarse los impuestos correspondientes; la parte restante podrá destinarse a reservas y dividendo.

 

Las reservas son la parte del beneficio que se mantiene en la sociedad con objeto de aumentar la potencia económica de la misma y permitir financiar con recursos propios las inversiones productivas que se tengan previstas.

 

El dividendo es la parte del beneficio que la compañía reparte entre sus propietarios, es decir, sus accionistas.

Como puede deducirse, el importe del dividendo depende de los resultados de la compañía en cada ejercicio y de su política de distribución de beneficios, por eso a las acciones se las considera un producto de renta variable.

Lo más habitual es que las empresas paguen dos dividendos al año a sus accionistas (dividendo a cuenta y complementario).

Las empresas que cotizan en la Bolsa española ofrecieron a sus accionistas una rentabilidad media por dividendo del 2,3% en 1997; una cifra que puede considerarse muy atractiva en comparación con el resto de mercados desarrollados.

A pesar del carácter variable del dividendo, en muchas de las empresas que cotizan en Bolsa el importe de los dividendos es bastante previsible. Así ocurre con las compañías eléctricas y con las autopistas, cuyos beneficios dependen, en gran medida, de la subida anual de sus tarifas.

 

 

Derecho a la transmisión

Todo accionista tiene derecho a recibir la parte proporcional que le corresponda resultante de la liquidación de la sociedad; ello no significa que tenga derecho a solicitar a la sociedad que le devuelva el valor de su inversión en cualquier momento. Sin embargo, todo accionista tiene el derecho de transmitir sus acciones, siempre y cuando encuentre comprador. En el caso de acciones que cotizan en Bolsa la transmisión está prácticamente asegurada, dado que una de las principales funciones de la Bolsa es precisamente dar liquidez a los valores cotizados. La Bolsa, por tanto, facilita el ejercicio de este derecho a los accionistas de las empresas que cotizan.

 

 

La diferencia positiva entre el precio de venta y el precio al que se compraron las acciones se denomina plusvalía o rentabilidad extraordinaria. Por lo tanto, un accionista puede rentabilizar su inversión por dos vías: el dividendo y la plusvalía.

Derecho preferente de suscripción

 

Cuando una sociedad anónima efectúa una ampliación de capital con emisión de nuevas acciones, los accionistas actuales tienen derecho preferente para suscribir (comprometerse a la compra) de las nuevas acciones. Este derecho también puede venderse; si la empresa de la que hablamos cotiza en Bolsa, los derechos se pueden vender en ella

 

Derecho a voto

 

Todos los accionistas tienen el derecho al voto en la Junta General de la empresa. La Junta General es la reunión que tienen todos los accionistas, ordinariamente una vez al año, para tomar decisiones relativas a la empresa, y entre ellas aprobar los ejercicios concluidos, nombramientos, etc.

 

Todos los accionistas tienen derecho al voto, con una simple restricción: sólo pueden votar directamente aquéllos que reúnan el número mínimo de acciones que se determine; aquellos accionistas que posean un número inferior de acciones pueden unirse para cubrir dicho mínimo y votar conjuntamente.