La relación entre los precios del físico y los mercados a futuro

        El concepto de la base

 

 

La relación entre los precios del físico y los mercados a futuro para el mismo bien, está sujeta a cambios constantes, algunos de índole estacional y otros al comportamiento de mercados específicos, como es el caso de algunos productos donde en determinada época del año se tiene una sobreoferta considerable.

El factor clima juega un papel importante en el cambio de estos precios.

La localización geográfica de las zonas de producción donde hay sobreoferta es también un elemento muy importante a considerar.

Todos esos factores afectan el mercado de físicos y el de futuros de manera diferente.

Las variaciones en el costo de transporte debido a la localización geográfica, es ciertamente el factor más importante para que los precios de físicos difieran de un lugar a otro.

 

La diferencia entre precios de contado y de futuros.

Los precios de futuros son cotizaciones de un determinado producto

con una calidad específica y un lugar y tiempo específicos de entrega.

Todas estas condiciones se encuentran establecidas en el contrato de futuros.

Las fechas de entrega se realizan en ciertos días del mes en cuestión. Una entrega fuera de lugar o fuera de tiempo es sujeta a descuentos en el precio.

Esas diferencias en el precio de hecho existen y son atribuibles principalmente a los costos de transporte o almacenamiento.

El número de precios posibles es prácticamente ilimitado.

La localización geográfica no es el único factor que afecta a la base, ya que también se toma en cuenta la calidad del grano, los servicios de certificación, manejo del grano, servicios de maniobras, servicios aduanales y algunos otros que normalmente hacen diferir el precio del productor Estas variables determinan el alza o la baja del precio.

Los precios de contado y de futuro usualmente se mueven en la misma dirección, pero no siempre.

Los factores de oferta/demanda que repercuten en los mercados de futuros generalmente tienen un impacto similar en los precios de contado locales.

                                                                                 

 

También es posible incluso que los precios de futuros y de contado se muevan en forma opuesta. Por ejemplo, cuando se notifica que la demanda de maíz a nivel mundial se debilita, esto ocasiona una baja en el mercado de futuros pero si la demanda del grano que requiere un procesador o un criador de ganado es muy fuerte, el precio local

inminentemente tendrá que subir.

 

La Medición de la Base.

La base es la proporción en la que, en cierto momento, el precio de contado de un producto está por arriba o por abajo del precio del contrato más cercano en el mercado de futuros.

Por ejemplo, supongamos que cierto día el contrato en la bolsa de futuros de Chicago (CBOT) con vencimiento en marzo esta en $2.10 dólares por bushel y el precio del mercado de físicos (punto de entrega) en Culver, Indiana (población cercana a Chicago) es de 1.80 dólares por bushel.

En este caso, la base de Culver está 30 centavos de dólar por bushel por debajo de Chicago.

 

Existen dos componentes fundamentales de la base:

 

El primero es el diferencial entre el precio local y el precio en el

punto de entrega especificado en el contrato de futuros.

Esta diferencia se debe principalmente a los costos de transporte.

El segundo componente se calcula al indicar la proporción (por arriba

o por debajo) entre el precio de contado y el precio de futuro.

 Esta última diferencia se puede atribuir a diferentes factores: el costo de

almacenamiento (con intereses y seguro), maniobras de carga y

descarga, el margen de utilidad del productor y la disponibilidad del

producto.

 

Precio físico- precio del futuro = base.

Si tomamos como referencia el precio de futuros de $2.10 dls/bu, y

el precio de contado en el lugar de entrega fijado por la CBOT $2.04

dls/bu, la diferencia entre el primero y el segundo es básicamente el

costo del transporte.

Mientras que la diferencia entre el primer

precio $2.10 dls/bu y el precio local en Localville de $1.80 dls/bu

refleja los costos de almacenaje, maniobras, etc., ejemplificando los

dos componentes antes mencionados.

 

 

 

Las fluctuaciones de la base.

El precio de contado del punto de entrega a futuro está determinado por la competencia entre un gran número de compradores y vendedores.

Procesadores, comerciantes, exportadores y ganaderos están demandando grano para entrega inmediata.

Si la demanda es fuerte y/o la oferta es limitada, los compradores harán lo que puedan para que el grano que se ofrece en ese momento sea de su propiedad.

La resultante será un mercado de contado fuerte que conllevará a precios por arriba del precio de futuro, lo cual fortalecerá la base.

Por otro lado si la demanda de maíz baja, los precios de contado bajarán en relación con el mercado de futuros, el resultado: se debilita la base.

 

                                     

 

 

La tendencia que tiene la base de fortalecerse a medida que el contrato de futuros llega a su vencimiento es conocida como convergencia.

De hecho, en el lugar y tiempo de la entrega física, el precio de contado y de futuros es el mismo.

Esta convergencia se manifiesta por el hecho de que si los precios de los futuros están por arriba de los de contado, o viceversa, los operadores comprarían o aceptarían la entrega en un mercado con precios bajos, o bien, venderían sus posiciones o harían entrega del producto físico en un mercado con precios altos, minimizando cualquier diferencia en el precio.

La base puede ser calculada para cualquier vencimiento del mercado de futuros simplemente restando al precio del futuro el precio local.

 

Por ejemplo si el precio local es $1.80 dls/bu y el precio del vencimiento del contrato de julio en el mercado de futuros es de $2.26 dls/bu, la base será 46 centavosde dólar por bushel por debajo de julio.

 

El patrón de la base para los vencimientos diferidos es similar al de los contratos más cercanos, esto es la base tiende a fortalecerse – por la cantidad de la reducción en los costos de transporte y almacenamiento – a medida que se acerca el mes de vencimiento.

 

La base se modifica conforme los factores que afectan el precio de futuros y el precio de físicos van cambiando.

Existen dos supuestos muy comunes que describen si la base se fortalece o se debilita.

Si la base es más positiva o menos negativa, entonces se fortalece; y si la base es menos positiva o más negativa, entonces se debilita.

En resumen, la base se fortalece cuando el precio de contado se eleva más o cae menos que el precio de futuro.

 La base se debilita cuando el precio de contado baja más o se incrementa menos que el precio de futuro.

                                              

Definición y concepto del mercado de futuros

Un futuro es un contrato estandarizado para comprar/vender un activo específico en una fecha futura fija y a un precio acordado de antemano.

Existen dos partes en un contrato de futuros: el comprador y el vendedor. El comprador del futuro tiene la obligación de comprar en una fecha determinada, mientras que el vendedor tiene la obligación de vender en esa fecha.

 

Los contratos de futuros se negocian en mercados organizados y, como hemos comentado anteriormente, son instrumentos estandarizados; por ejemplo, un contrato de futuros sobre acero puede ser de 5 toneladas del metal, o cada contrato ser de 1 millón de pesetas. Por este motivo, los futuros son sólo negociados en múltiplos de los contratos; esto es, si se desean comprar 50 toneladas de acero deberían comprarse 10 futuros sobre acero. El propósito de esta estandarización es dar liquidez, al ampliar el número de potenciales compradores y vendedores.

Se denomina tick a la fluctuación mínima permitida en el precio de un contrato de futuros. Como cada contrato de futuros tiene un tamaño fijo, la fluctuación mínima en su precio tendrá un valor monetario, que vendrá dado por el tick multiplicado por el tamaño del contrato; es lo que se conoce como valor del tick.

¿La Bolsa no es un simple juego de azar y adrenalina?

 

 

Quizá te sorprenda escuchar hablar de la Bolsa de Valores en términos de «Negocio» y no, como es habitual, como si de un inmenso casino se tratara.

A fin de cuentas….

 ¿La Bolsa no es un simple juego de azar y adrenalina? 

Bueno, voy a serte sincero: el azar y la adrenalina no tiene casi nunca mucho que ver con la situación en sí, sino fundamentalmente con la persona.

¿Qué quiero decir?

Es simple: si eres el tipo de persona que gusta de la adrenalina, si te gusta pensar que eres mucho más valiente de lo que deberías, si amas la sensación que te adviene un instante antes de tirar los dados, lamento decirte que probablemente todas las situaciones de tu vida sean una montaña rusa…

 
Cualquier actividad, sea o no del ámbito de los negocios, se puede enfrentar con  la debida  preparación, con responsabilidad y equilibrio o, por el contrario, como un juego de adrenalina.

 Claro, tu me dirás: «Pero ¿y el casino? ¿Se puede enfrentar con resposabilidad y equilibrio?

¡Desde luego!

¿¿Cómo??

Pues… ¡¡¡No yendo a él!!!

 Creo que me estás entendiendo.

Y no es que los Casinos no sean también un negocio inmenso. Lo son.

El problema es que el negocio es… ¡para el dueño del Casino! 

 

La inversión en Bolsa de Valores es totalmente diferente.

Se parece más al ajedrez o, mejor aún, a un juego de estrategia como en TEC o el Monopoly.

Por si estás pensando que en estos juegos de mesa también hay dados,voy a contarte un secreto…

¡en la vida también hay dados!

 Verdaderamente no se puede estar 100% seguro de nada en la vida; siempre existe un elemento de azar.

Pero toda persona sensata buscará siempre guiar sus pasos por el camino que más probablemente vaya a conducirlo a puerto anhelado.

 
Y  he subrayado «más probablemente» porque la Bolsa  de Valores, al  igual que la vida, no es un juego de azar; es un Juego de Probabilidades.

No se si la diferencia se te hace evidente, pero te aseguro que es enorme.

Azar es musitar un plegaria, cerrar los ojos y lanzar los dados, esperando que la caprichosa Diosa de la Fortuna de digne estar de nuestro lado.

Y cuando digo «lanzar los dados» quiero que entiendas que hay muchas formas de hacer ésto.

En realidad, cada vez que nos lanzamos sin pensar a una actividad para la cual no estamos debidamente preparados, estamos actuando más como el jugador de musita su cábala que como el empresario que mide los riesgos.

Los dos pueden parecer igualmente valientes a primera vista, pero sólo uno sabe lo que está haciendo.

 

Así pues, la Bolsa de Valores no es un Casino aunque muchos de diviertan jugando a los dados con ella (¿o debí decir mejor a la Ruleta Rusa?).

 ¿Por qué no?

 Porque la propia naturaleza de los títulos de inversión y su comportamiento en los mercados financieros nos permite aplicar distintos tipos de análisis que posibilitan limitar el riesgo en gran medida.

Recordemos: en el mundo de los negocios siempre existe el riesgo.

No existe ni existirá jamás un negocio de «Cero Riesgo».

La capacidad de medir adecuadamente los riesgos, aquilatarlos con los probables beneficios y decidir si un negocio vale la pena o no, es, precisamente, lo que diferencia a los hombres de negocios exitosos de los que no lo son.

La Bolsa de Valores debe ser siempre vista como un negocio, y tratada como tal.

Jamás un sujeto responsable se «jugaría» los ahorros de toda su vida «por un pálpito».

 

No te confundas: El mundo de las inversiones tiene poco que ver con los pálpitos, y casi todo que ver con el análisis concienzudo de los pros y contras de cada oportunidad.

Supongamos que Juan es una persona que posee un importante capital para invertir.

A diario  le llegan decenas de proyectos de inversión, ya sea en propiedad inmobiliaria,  en  importación/exportación, en  desarrollos comerciales, etc.

Evidentemente sería muy irresponsable de parte de Juan invertir su dinero sin más en cualquier proyecto que le sonara bien.

Si Juan es un inversor profesional, y no un novato destinado a perder su fortuna en un abrir y cerrar de ojos, sin duda se interioriza en los pormenores de cada proyecto, consulta con especialistas en cada campo si es necesario, y aplica sus propias estrategias de ponderación de riesgos para decidir en qué proyecto de los muchos que llegan a su escritorio vale la pena arriesgar su dinero.

Y digo arriesgar porque siempre existe un elemento de riesgo en todo negocio, pero cuanto más haya refinado Juan sus herramientas de control de riesgo, tanto más segura será la inversión y la ganancia.

Evidentemente Juan perderá de dinero a veces con proyectos que no se desarrollaron de acuerdo a lo esperado, pero en promedio tendrá más aciertos que pérdidas.

Esta última es, sin duda, la fórmula ganadora.

Es entonces cuando la gente, viendo como crece su fortuna, empezará a decir que lo que pasa es que Juan tiene «olfato» para los negocios; que con eso se nace, etc., etc.,etc.

Pero la verdad es tan cristalina ahora, en plena Era de la Información, como lo era a la luz de las velas de principios del siglo XX cuando Edison dijo:

«El éxito está compuesto por un 1% de inspiración
y un 99% de transpiración» 

 Los jugadores suelen invertir los términos de esta ecuación, y por eso serán siempre jugadores, aunque sean dueños de un Banco en Suiza.

Por lo tanto, si quieres convertirte en un inversor profesional en la Bolsa de Valores, debes aprender de Juan, y comportarte como un hombre de negocios y no como un apostador.

Permiteme hacerte unas cuantas preguntas:

Un hombre que compra 1000 acciones de una empresa determinada porque ha oido que a su primo le fue bien con ellas…

¿Es un Hombre de Negocios o un apostador?

 Una persona que compra acciones en la Bolsa sin haberse detenido nunca a estudiar las gráficas que le muestran su comportamiento en el mercado…

¿Será un Hombre de Negocios o un apostador?

Alguien que decide lanzarse al mercado y probar suerte sólo porque está de moda y parece que a todo el mundo le va bien con ésto…

¿Qué cosa es?

 Si a tí te gusta el mundo de los negocios y las inversiones, te felicito.

Pero te ruego que hagas a un lado desde este mismo momento la idea de que puedes hacer dinero fácil en este mundo.

Y si de la Bolsa de  Valores se trata, te garantizo que lo que sí se puede lograr con suma facilidad es perder todo tu dinero.

Para ello sólo basta actuar irresponsablemente, como lo hace, aunque te parezca difícil de creer, el 90% de los «inversores».

 No te lo recomiendo.

 La Bolsa no es un Casino. Operar en Bolsa ni siquiera es divertido o contituye una atracción social.

Sólo existe una única razón para operar en Bolsa: Ganar Dinero.

No la pierdas de vista.

Y para ganar dinero hay que actuar responsablemente. Hay que convertirse en un auténtico profesional.

Si te acercas a la Bolsa de Valores como un profesional, descubrirás que es un excelente negocio.

Un negocio con características verdaderamente únicas.

 

Déjame compartir contigo las cosas que más me gustan de operar en la Bolsa de Valores:

 

  • No tienes horarios. Puedes operar el día y a la hora que quieras.
    En realidad, con mi método de inversión sólo tendrás que hacer el «trabajo duro» (unas 2 o 3 horas) una o dos veces al mes.
  • No estás sujeto a un determinado lugar geográfico. Si debes mudarte o simplemente deseas viajar por el mundo, puedes seguir ganando dinero sin problemas.
  • No estás atrapado por la realidad económica de un país o región. Tus ingresos no dependen de los avatares de la economía local.
  • No tienes jefe, ni oficina, ni empleados, ni proveedores.
  • No debes vender nada, ni mantener inventarios, ni recibir inspecciones.
  • No tienes que lidiar con clientes insatisfechos, ni con garantías, reposiciones, etc.
  • Puedes ganar dinero no sólo cuando el mercado está subiendo, sino también puedes ganar dinero (incluso más rápido) cuando el mercado está cayendo. (Ésto, la verdad, lo saben muy pocos inversores).
  • Y lo mejor de todo: Puedes «simular» tus transacciones en tiempo real, en el mercado real, con títulos y cotizaciones reales, pero con dinero ficticio, durante todo el tiempo que necesites para sentirte seguro de que tu método de inversión funciona.

No se si estás entendiendo a cabalidad el poder, sobre todo, de este último punto:

 

 

¿Qué negocio sobre la faz de la Tierra te permite simular
sin poner en riesgo ni un centavo de tu propio capital?

¿Puedes acaso «simular» un kiosco, o un ciber-café, o una tienda de comestibles o una inversión inmobiliaria; y si algo no sale como lo esperabas simplemente das marcha atrás, dices: «No Juego Más», y te guardas tu dinero para una mejor oportunidad?

 

¡Claro que NO!

 

Pero, aunque no lo creas, en la Bolsa puedes hacer justamente ésto.

Es, de hecho, el único negocio en el  mundo que  te permite «simular»,  y  convertirte en un inversor experimentado sin arriesgar ni un centavo.
Este único beneficio, a mi parecer, es Oro en Polvo.

 

¿Entiendes ahora porqué te dije antes que la Bolsa de Valores es un negocio con caranterísticas inigualables?